Tomás de Aquino vivió en un momento crítico de la cultura occidental, cuando la llegada del corpus aristotélico en la traducción latina reabrió la cuestión de la relación entre la fe y la razón, poniendo en tela de juicio el modus vivendi que había obtenido durante siglos. Esta crisis estalló justo cuando las universidades eran fundadas. Thomas, después de los primeros estudios en Montecassino, se trasladó a la Universidad de Nápoles, donde se reunió con miembros de la nueva Orden de los Dominicos. Fue en Nápoles también que Thomas tuvo su primer contacto prolongado con el nuevo aprendizaje. Cuando se unió a la Orden de los Dominicos se fue al norte para estudiar con Albertus Magnus, autor de una paráfrasis del corpus aristotélico. Thomas completó sus estudios en la Universidad de París, que se había formado fuera de las escuelas monásticas de la Margen Izquierda y la escuela de la catedral de Notre Dame. En dos períodos como un regente maestro Thomas defendió las órdenes mendicantes y, de mayor importancia histórica, respondió ambas interpretaciones Averroistic de Aristóteles y la tendencia franciscano rechazar la filosofía griega. El resultado fue un nuevo modus vivendi entre la fe y la filosofía, que sobrevivió hasta la llegada de la nueva física. La Iglesia Católica ha hecho en los siglos regular y consistente reafirmó la importancia central de la obra de Thomas para comprender sus enseñanzas acerca de la revelación cristiana, y sus comentarios textuales cercanos a Aristóteles son un recurso cultural que está recibiendo un mayor reconocimiento.
 

Fuente: Stanford Encyclopedia of Philosophy

 

Influencia:

OBRAS: Suma Teológica
Polo dice de sí mismo que es un tomista rebelde. Santo Tomás profundiza la distinción acto-potencia de Aristóteles con la distinción acto de ser - esencia, que según L. Polo es el más alto descubrimiento al que ha llegado el hombre. Pero no se conforma con ello porque puede profundizarse más aún distinguiendo los diferentes tipos de acto de ser: el acto de ser del Universo, el acto de ser de la persona y el acto de ser de Dios.